3 días de paz, amor y musica

No, no estamos hablando del slogan de Woodstock, nos referimos a lo que se vivió por estos días en la Ciudad de Necochea, junto a Liliana Napolitano y una movida cultural y social que va a marcar un hito en las políticas educativas de nuestro país y en la historia de nuestro Rock autóctono (si, parece exagerada la apreciación, como cuando uno planta una semilla, nosotros ya vemos un bosque), y para no esperar que la sombra de ese bosque nos cubra estuvimos allí junto al semillero, y para cubrir el evento quien podría haber sido elegido, nuestro centenario e invisible periodista estrella: Lucho (que en esta oportunidad no pudo ser tan invisible) pasado el momento (con el control de alcoholemia realizado con éxito en nuestra redacción) comenzó su relato.
"Una lluviosa mañana de jueves la Ciudad de Necochea recibió a Liliana Napolitano, Alejandra Pascale del Centro Cultural Municipal y el concejal Pablo Benedini estaban allí, tres horas después era recibida en el despacho del Intendente, Profesor Horacio Tellechea en un marco de franca distensión, con ronda de mate incluida y agenda del día que se vislumbraba muy corrida, de manos de los profesores de la Escuela Municipal de Rock se le hizo entrega en ese recinto del Pappo de oro a Liliana mientras ella entregaba su presente (una botellita de cerveza etiquetada Pappo que fue colocada por el Intendente en su escritorio junto a una imagen de nuestro Eternauta)", hacen entrada los medios para la foto y la nota de rutina para finalizar  proyectando el institucional de la Escuela (para que se entienda mejor: en el despacho del Intendente de Necochea, junto a el, viendo imagenes de la Escuela Municipal de Rock, de chicos con su instrumentos, aprendiendo y de fondo se escuchaba juntos a la par).
Comentario aparte: para quienes como yo, que tienen un par de añitos de apoyar, defender y luchar por un lugar para nuestro Rock, esto es algo verdaderamente grande, repito, para yo también poder asimilarlo, esto es algo, verdaderamente grande.
Aun no era mediodía en Necochea, hacia menos de cinco horas de nuestra llegada, esto, recién comenzaba.