Un gotan al Blusero

"El Manco"

Yo y mi locura, nos llevamos mal a veces,

pero ella sabe con creces, cuales son mis amarguras.

Mi locura y yo, los dos solos en la plaza,

a mirar a las estrellas, a ver si algo bueno pasa.

Lo bueno esta por llegar, mendigo de una esperanza,

me puse a cantar bajito, el Blues de la desconfianza.

Un rayo de luz me ciega, se acerca un hombre de blanco,

la claridad me sacude, de noche me causa espanto.

Extiende su mano sabia, a mi diestra temblorosa,

y con metálica labia, me dice ¡Que noche hermosa!.

Mucho gusto yo soy Pappo, no te asustes, no estoy muerto,

vine a visitar al pibe, y a mirar el monumento.

Volvió!... ilusionista manual, ventrílocuo de guitarras

que a sus cuerdas hace hablar, dejandote sin palabras.

Rápido y sano punguista, que regala billeteras

repletas de magia y Blues y de fortunas rockeras.

Vino a pedir un favor, un ruego con voz añeja,

que nadie se atreva nunca, nunca a tocar a su vieja.

Algo mas, anda al taller, aceitame bien los fierros,

dale alpiste a los canarios y un hueso a "Cactus", mi perro.

Duro, de corazón blando, quebrada nota en su gola

cuando me dijo, che flaco, yo te regalo la viola,

no olvides acariciarla, si al recordarme ella llora.

Como yo no tengo nada, pero el corazón lo es todo

¡Che Pappo! desde mi alma, yo te regalo un apodo.

Con la garganta en la boca, le dije al borde del llanto,

Si a Gardel le dicen "Mudo", a vos... a vos te bautizo "El manco".

Ligero como sus dedos, vuelve Pappo al monumento,

Adiós amigo, nos vemos, volveré en cualquier momento!.

Adiós genial guitarrero, amigo bueno y leal,

¡Pappo de todos los barrios!, ¡Pappo de la Paternal!!!

La locura me sonríe, murmura guiñando un ojo,

lo que se pierden los cuerdos, ¡por no estar un poco locos!

Gracias Pappo

Alberto Sueiro

10 de Marzo 2008